domingo, 29 de marzo de 2015

Gastronomía chilena



Podríamos decir que la gastronomía chilena es una mezcla de tradición indígena y una buena pizca de gastronomía de los países que pasaron por estas tierras, (como la española, italiana, alemana o francesa).

Pero lo que está claro es que por regla general es una comida bastante pesada. No sólo por la cantidad de carne que se come, sino además por la combinación de ingredientes como el maiz, la patata, el arroz o las legumbres en un mismo plato.

No digo que no se coman otro tipo de alimentos como marisco, pescado o ensaladas... Pero la carne... Es algo serio. Demasiado diríamos nosotros. Y eso que la disfrutamos! Pero tras las casi cuatro semanas que pasamos allí, nuestro cuerpo necesitaba un detox.
Lamentablemente Sabri lo hizo de forma involuntaria en San Pedro de Atacama, a causa de la altitud cuando estábamos a punto de dejar el país para cruzar a Bolivia.

Fueron muchos los platos típicos que probamos por allí, como las Machas a la parmesana (almejas con queso parmesano), Sopa de marisco, Pastel de choclo (un pastel con base de carne, una masa de maíz y azúcar por encima), Sopaipilla, pescados como la reineta.
Anticuchos (pinchos de carne), Choripanes (pan con chorizo), estofado de llama, Pataska, (sopa con carne de vaca y cerdo con algo de verduras y maíz inflado), Chorrillana (una fuente de patatas fritas y tiras de carne, cebolla y huevo revuelto), y cómo no, sus exquisitas parrilladas, con una suculenta variedad de carnes, acompañados también con chorizo, salchichas y morcillas...

Si a esto le añadimos que la mayoría (por no decir la totalidad) de las veces que se degusta una parrillada de este calibre, va acompañada de música en directo y baile... la fiesta (en todos los sentidos), está asegurada.


Típica parrillada chilena

Un poquito de todo para probar. Choclo, ensaladas, sopa de marisco...

La auténtica chorrillana de J. Cruz.


También probamos comida callejera o fast food como hamburguesas, completos (los típicos perritos calientes pero como palta (aguacate), mayonesa, cebolla frita....
O las riquísimas empanadas chilenas con pino (carne), queso, marisco, napolitana...)

Como podéis ver no le falta nada de grasa...
Y claro, cuando uno quiere probar todo tipo de variedades locales pues... acaba con un par de kilos, como mínimo!

Hay que decir que todo esto fue aun mejor acompañado con los reconocidos vinos chilenos y cómo no, de otras bebidas no menos famosas como el pisco, la vaina (como el pisco pero marrón), o la chicha (vino de uva dulce) ...
Buenísimo todo.


Puesto en Horcón con bebida de Chicha.

Otra curiosidad que probamos en este país, fue "la once", una original manera de llamar a lo que en España se traduciría como "merienda". Consiste en té o café, acompañado de pan, mantequilla, palta, jamón york, queso, manjar (dulce de leche) o mermelada.
A veces tan abundante que se acaba sustituyendo por la cena (o comida que le llaman allí).
Tradición muy arraigada en el país pero que, como siempre, se empieza a peder en zonas como Santiago de Chile, la capital, donde el ritmo de vida impide disfrutar de estos pequeños placeres.


En resumen, un auténtico festín es lo que nos metimos entre pecho y espalda después de estar un par de meses a base de pasta por lo caro que nos resultaba comer fuera en países como Australia o Nueva Zelanda.

Gracias a la maravillosa gente con la que compartimos nuestros días en Chile quienes nos hicieron conocer la auténtica gastronomía chilena.


De despedida... con otra parrillada.

La pataska en la zona norte del país.


Empanadas y choclo en hornos de piedra.

Empanada gigante... ficticia.

Mercado de pescado en Valparaíso.

Variedades de marisco en los mercados.

Los famosos anticuchos.

No hay fiesta sin parrillada.


Fotos: Julen Esnal



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