domingo, 15 de enero de 2017

MACHU PICCHU. Por el camino Inca (V). Wayna Picchu.



Empiezo esta post disculpándome...
Parece mentira cómo han cambiado las cosas de un tiempo a esta parte.

Habréis visto que llevo sin escribir en el blog desde hace.. más de un año! Y es que las cosas han cambiado bastante desde entonces... y afortunadamente para bien! Y es que ha sido un año sin parar, especialmente por el nacimiento de Nayara, nuestra hija. Por lo que no he podido seguir con la continuidad con la que iba escribiendo el blog...

No obstante me he comprometido acabarlo de una vez por todas... aunque aun no me atrevo a ponerle fecha, seguiré dejando constancia de tan inolvidable viaje en nuestras vidas... Y ahora más que nunca, para que Nayara pueda leer algún día lo que sus padres vieron e hicieron; Y esperando que ella algún día nos coja el testigo.

Anyway! Dónde nos habíamos quedado? En la pedida de mano no?, Bueno, pues tal y como os comentaba, la noche que pasamos en el boutique hotel "La Cabaña" se nos hizo realmente corta ya que solo pudimos disfrutar una noche de tan espléndido lugar.


Suit del hotel boutique.

Haciendo un poco de publicidad del Hotel... :)

Pero el viaje continuaba y en esta ocasión nos tocaba conocer Huayna Picchu, la montaña que sirve como telón de fondo a la gran mayoría de postales sobre Machu Picchu.

Para llegar hasta nuestro destino debíamos subir de nuevo a las ruinas de Machu Picchu para de ahí, coger el camino que lleva hasta la montaña de Huayna Picchu.

Decidimos dejar nuestras mochilas en el Hotel para ir mucho más cómodos y coger el bus que sube hasta las ruinas de Machu Picchu. Tuvimos por tanto que volver a entrar por los tornos por los que se accede a las ruinas y entrar con todo tipo de turistas. Lo bueno fue que había mucha menos gente que el día anterior y las ruinas no estaban tan abarrotadas de gente. No obstante, nuestro objetivo hoy era penetrar en las ruinas pero enfilar directamente hasta el camino para ascender a la montaña.
Tras un breve control dejando constancia de nuestra presencia con nuestra firmas, ya estábamos listos para la última de nuestras grandes aventuras por Perú.


Caseta de control hacia Wayna Picchu.


Imaginaros cómo estábamos tras cuatro días de caminata por el Camino Inca para en esta ocasión ascender otros 300 metros de altitud hasta coronar tan mítica montaña.
Nos avisaron que sería una subida fuerte y con unas vistas hermosísimas... A lo que añadiría una advertencia a las personas que sufren de vértigo porque había zonas en las que costaba mirar hacia abajo.

Las imágenes hablan por sí solas... (Imagen derecha: Machu Picchu al fondo).


Debimos de tardar como una hora yendo con calma y efectivamente según íbamos subiendo, más emocionante se ponía.
Según llegamos hasta el primer gran mirador de la montaña, decidimos sentarnos y disfrutar de las maravillosas vistas. Aun nos quedaba algo más por subir, pero preferíamos tomarlo con calma. Hoy no había prisa.

Le pedimos a un chico brasileño que allí se encontraba que nos sacara una foto con Machu Picchu a nuestras espaldas (cosa que hizo literalmente porque como veréis no se ve..) Y nosotros le devolvimos el favor. (Más tarde volveré hablar de este chico... desafortunadamente...).



Machu Picchu a nuestras espaldas... literalmente.




Mirábamos hacia arriba y lo que veíamos eran unas estrechisimas y empinadísimas escaleras que se dirigían por fín hasta las primeras ruinas de Huayna Picchu.
Viendo que la gente bajaba por esas escaleras decidimos hacer un "loop", suponiendo terminar dicho loop bajando por esas mismas escaleras (El recorrido estaba marcado no obstante para hacerlo de esta manera).

Minúsculas escalera para descender.





Seguíamos subiendo aunque rodeados ya de ruinas y terrazas. La cosa se iba poniendo más y más interesante y vertiginosa, llegando en el punto más alto, a una roca donde había que subir por encima, con una escalera de caña... Punto culmen del día por excelencia.
Con algo de miedo por el vértigo y el viento que allí hacía, llegábamos por fin a uno de los puntos más altos de la montaña... Podéis imaginaros lo que se veía desde allí, pero sobre todo la sensación que nos dio llegar hasta ese mismo punto... Algo indescriptible...








Cuando nos disponíamos a seguir haciendo el loop, recorriendo las ruinas que nos quedaban por ver, un guardia nos avisa que debemos abandonar la montaña y bajar a la mayor brevedad...

Os comentaba anteriormente que volvería hablar de aquel brasileño que nos hizo la foto verdad? Bueno pues la cosa fue que tras hacernos la foto, él siguió ruta dejándonos a nosotros disfrutar de las vistas de aquel primer mirador... Y mientras subíamos por el resto de las ruinas, me percaté que algo debía estar pasando, viendo ciertos corrillos de turistas hablando entre sí.
Mi sensación fue cierta, tras saber por uno de estos corrillos que un brasileño acaba de caerse por uno de los precipicios... Y lo peor de todo es que fue haciendo un estúpido salto para salir en una foto...

Por tan fatídico hecho, debíamos acabar antes de tiempo nuestro recorrido y empezar a bajar la montaña cuanto antes, ya que el equipo de salvamento estaba en camino para poder rescatarle.
Terminando de ver las ruinas, y bajando por la estrechísima escalera de piedras que nos hacía terminar el loop,  allí estaba subiendo el "equipo de salvamento"...
No os creáis que era un helicóptero ni nada por el estilo como podíamos pensar... si no dos pobres hombres cargados con una camilla por la que, no me explico de qué manera podrían llegar a bajar un herido por tan pendientes escaleras... Si es que podían llegar hasta él...


El equipo de salvamento subiendo con la camilla.

No recomendado para personas que sufren de vértigo...



Llegados por fin al puesto de control de Machu Picchu que nos hacía salir del camino hacia Wayna Pichu, oíamos por radio que habían conseguido localizarle herido, aunque estable a no se cuantos metros abajo. Al parecer la vegetación habría podido frenar la caída.

Después de tan mal trago, aun nos quedaba tiempo para darnos otra vuelta por las ruinas de Machu Picchu y visitar con más calma las ruinas que vimos el día anterior con más prisa que calma y con el shock del primer momento.
La verdad que se agradece volver a ver tan imponente escenario una segunda vez para asimilarlo mejor y sobretodo sin tanta gente como el día anterior.






No tuvimos un salto muy sincronizado que se diga...

Pico de Wayna Picchu visto desde Machu Picchu


Para terminar, decidimos bajar de nuevo andando hacia Aguas Calientes por la carretera serpenteante.
Ya sólo nos quedaba recoger nuestras mochilas en el Hotel y coger el tren que nos llevaría de nuevo hasta Cuzco tras 5 días de marcha intensa.





Una experiencia increíble la que vivimos estos 5 días, conociendo, compartiendo y de alguna manera, realizando el mismo recorrido que hacían los hombres y mujeres que construyeron y vivieron en tan mágico lugar.