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miércoles, 17 de diciembre de 2014

San Pedro de Atacama (II). Un reposo obligado.


Continuando nuestra estancia en el famoso desierto de Atacama, teníamos que planear ya nuestro siguiente movimiento. Cómo pasar a Bolivia y continuar nuestra ruta hacia el Norte por tierras sudamericanas.

Nos enteramos que había un tour de 3 días en todoterreno, cruzando el altiplano Boliviano para terminar en el salar de Uyuni. Justo lo que queríamos hacer. Y muchísimo menos engorroso de lo que seria hacerlo a nuestra manera, tal y como habíamos pensado en un primer momento.
65.000 pesos cada uno, para dos noches y tres días por el altiplano boliviano, a casi 5.000 msnm, recorriendo lo mas atractivo de la zona, hasta llegar a cruzarnos el enorme y espectacular salar de Uyuni, para acabar en la ciudad que lleva su mismo nombre.

Casualidades de la vida, fue reservar el tour a Bolivia, y Sabri empezó a sentirse mal.
Paso una noche fatal, con muchos dolores de tripa y paseos al baño.
La segunda noche fue algo mejor, pero seguía dando paseos y apenas le quedaban fuerzas por lo que fuimos al tercer día a la posta (lo que seria una especie de servicio socorro en España, porque aquí en el desierto no hay nada más) y tras examinarla, no la dejaron ni salir de urgencias. Su corazón latía tan rápido y estaba tan deshidratada que le tuvieron que meter un litro de suero por vena. Lo malo fue que al estar tan deshidratada, ni le podían coger bien la vena, ni la sangre fluía como debería.
Hasta 6 veces la tuvieron que pinchar, hurgándole con la jeringa en el brazo, con el dolor que eso supone.
Así que tuvimos que alargar nuestra estancia en San Pedro y el viaje a Uyuni por un par de días.
Pero tras dos días, la cosa seguía casi igual. Volvimos ir a la posta, pero no nos daban hora con el medico hasta el día siguiente, por lo que había que hacer algo de inmediato; y tras una consulta en la botica, empezó por fin con el tratamiento. Unas simples capsulas que restauran la flora intestinal y seguir descansando.

Tuvimos que cambiarnos hasta de hospedaje a uno más confortable (aunque más caro) para que Sabri se pudiera recuperar mejor, ya que en el hostel donde estabamos, compartiendo habitacion y baño, y con la musica hasta las 12 de la noche, no había forma de descansar como es debido.
Afortunadamente dimos con la mejor persona con la que podíamos dar en estos casos. Antonio del Hotel Las Dunas. Precisamente a través de una pareja de Barcelona con la que compartimos una excursión, nos hablaron muy bien de un pequeño hotel donde estuvieron. Cuando llegamos, ya no le quedaban habitaciones, pero contandole nuestra historia, el buen hombre accedió a prepararnos una habitacion en una parte nueva del pequeño hotel que estaban ampliando y que aun no estaba ni abierta al público.
Sus consejos y su gran amabilidad fueron perfectos para la recuperación de Sabri.
Gracias Antonio. Qué gratificante es llegar a conocer a gente como tú.

Una vez que la cosa estaba más o menos enderezada y la única cosa que podía hacer Sabri era descansar, yo aproveché para hacer alguna escapadita y conocer más los alrededores.

Algunas cosas que se perdió de disfrutar fue un dia festivo de "asado" que llaman ellos o BBQ que llamamos nosotros, con todas las exquisiteces de la zona. Yo no dude en probar todo lo típico de la zona.


Las calles de San Pedro.

La plaza del pueblo llena de gente haciendo asados.

Degustando los anticuchos tipicos de Chile

Lo que más destacaría fue la excursion que hice a Pukara de Quitor.
Me alquile una bici por 4000 pesos, ya que es la mejor manera de llegar hasta allí. 5 km es la distancia desde San Pedro hasta este lugar. Perfectamente indicado para no perderse por el desierto, se llega en poco tiempo hasta allí.
Me interesaba mucho conocer este lugar, ya que me estaba leyendo el libro "el origen perdido" de Matilde Asensi, en el que cuenta con detalle el inicio de estas civilizaciones, hasta la invasión de los españoles.
3.000 pesos fue lo que costó la entrada, y con ello podía acceder, tanto a las ruinas, como al cerro que hay en frente, en el cual hay un monumento levantado a 25 atacameños que fueron degollados por las tropas hispánicas, allá por el año 1540.

Un lugar mágico donde se encuentra dicho monumento, con el valle de la muerte a los pies, dunas a otro lado, y el valle verde de espaldas. Lo mejor, que estuve sólo durante más de una hora. Solo, en ese inmenso desierto, contemplando ese árido panorama que tenía ante mis ojos. (Y raro es, siendo San Pedro de Atacama el tercer destino turístico de Chile).
Sin duda una excursión muy recomendable, sin gastarse mucho dinero y un buen lugar para ver las puestas de sol, según me dijeron, aunque yo tenia otra misión. Hacer una cena de lo más sana para Sabri.

Restos de Pukara de Quitor.

Pueblos en medio del desierto.

Paisajes increibles los que se ven desde Pukara.

Picos de hasta 500 m de alto aunque no se aprecie.


Hasta 4 dias más tuvimos que permanecer en el Hotel Dunas para que Sabri estuviera prácticamente recuperada. Y afortunadamente no perdimos nuestra reserva de viaje a pesar de las numerosas veces que lo tuvimos que aplazar para poder cruzar el altiplano de la mejor manera posible. Una vez que se deja San Pedro de Ataca y se adentra uno en el altiplano, no hay vuelta atras hasta llegar a Uyuni tras 3 días de viaje en todoterreno.

Ahora sí, estábamos preparados para descubrir las maravillas del Altiplano Boliviano.



Más fotos de San Pedro de Atacama y alrededores:












Fotos: Julen Esnal

viernes, 5 de diciembre de 2014

Cuidado! OVNIS. Bienvenido al Valle del Elqui.


En algún momento teníamos que dejar el estupendo hostal de La Serena para continuar nuestro viaje. Y de verdad que nos costó dejarlo por lo agusto que estuvimos.
Próxima parada, el tan comentado por muchos viajeros, Valle del Elqui, en la zona de Paihuano, en la cuarta región.

Cogimos una micro en la estación de buses de La Serena hasta Pisco Elqui, último pueblo hasta donde llegan las micros en este precioso valle. Unas 2 horas es lo que se tarda aproximadamente, viendo una transición de grandes montañas repletas de cactus, tornándose en inmensos viñedos segun llegábamos a Pisco Elqui.
Allí reservamos previamente, una habitación doble en el Hostal San Pedro. Un apacible y tranquilo hostal dirigido por Santiago, un hombre de 60 años que aun conserva su larga y canosa melena. Un eterno viajero que se ha recorrido medio mundo a lo largo de su vida.


Entrada al hostal San Pedro.

Jardín del Hostal San Pedro con un entorno espectacular.


"Un oasis para los sentidos", es lo que llegué a leer en alguna ocasión sobre el Valle del Elqui. Y tras permanecer allí unos días, debo decir que lo fue.
Un tranquilo lugar escondido entre las montañas, donde se puede disfrutar de la naturaleza y descansar a partes iguales.
Con grandes terrenos de viñedos, casas hechas de adobe y los cielos mas despejados del hemisferio sur, segun dicen.

En medio de la hermosa geografía del valle de Cochiguaz se encuentra el epicentro del misticismo y terapias alternativas. Debido a que este lugar sería fuente de energías sanadoras, es fácil encontrar centros de hospedaje con terapias alternativas como reiki, meditación y masajes. Aquí fue donde oimos hablar por primera vez sobre la apiterapia (acupuntura con abejas).
En los distintos rincones del Valle del Elqui se han instalado a vivir muchas personas que intentan tener una vida más saludable y cercana a la naturaleza, lejos del ajetreo de las ciudades. Volviendo a la agricultura orgánica e incluso al trueque en muchos casos.

Se respira un ambiente especial en este valle. No se si por la gente, la tranquilidad o la energía que desprende este lugar; Un polo energético, dicen, lo que lo hace además tan propenso para la aparición de objetos volantes no identificados (OVNIS). Todas las personas con las que hablamos del tema ha visto más de una vez algo relacionado con esto.

El hecho de no llevar vehículo propio dificulta considerablemente moverse por todo el valle pudiendo visitar los numerosos pueblos de la zona; Aunque existen otras alternativas para hacerlo.
Nosotros elegimos hacerlo de una manera más... natural y barata, por lo que alquilamos un par de bicis para acercarnos hasta el pueblo de Horcón, a unos 10 km de distancia, y conocer este famoso pueblo artesano.

Buscando siempre una sombra.

Un perfecto alto en el camino antes de llegar a Horcón.

Entrada al pueblo de Horcón.


Lo hicimos sin prisa, parandonos en diferentes lugares donde podiamos hablar con lo locales, quienes nos iban descubriendo tan apacible entorno.
Tras un tiempo por aquí, nos chocó un pequeño gran detalle. La ausencia de basura en todo el valle!
Es muy agradable poder disfrutar de un entorno así sin la presencia de basura por todos lados tal y como empezábamos a estar acostumbrados. Y yo me pregunto: Por qué aquí no? Más bién se lo podían preguntar los dirigentes de otras zonas de Chile y copiar tan efectivo modelo.

El pueblo de Horcón no es más que una pequeña y pintoresca aldea, conocida por su "poblado artesanal". Un lugar hecho para albergar a todos los artesanos de la zona.
Largas conversaciones las que nos echamos con algunos de ellos y con quienes teniamos muchas ideas en común. Nos hubiéramos podido pasar horas hablando y viendo un montón de productos hechos natural y artesanalmente. Sin duda vale la pena visitar y valorar el trabajo hecho a mano que tanto se está perdiendo en los tiempos que corren.


Cuadro de una de las casetas.

Arte en cada esquina del poblado.


No muy lejos de allí, aunque un poco perdido de todo, nos encontramos con un pequeño restaurante, "Las Terrazas", donde conocimos a Diego, un simpático joven local con el que nos dejamos aconsejar sobre qué comer típico de la zona y que tanto disfrutamos con esas estupendas vistas al valle.

Ya de vuelta, lamentablemente no pudimos visitar la destilería de pisco más antigua de la zona y que tanto nos recomendaron por la hora que era ya que hacen visitas guiadas sólo a ciertas horas.


En la destilería más antigua de la zona.


Terminamos agotados de tan intenso día, pero aun con fuezas para salir un rato por la noche y tantear los precios de los observatorios astronómicos tan conocidos por la zona. Tras reservar uno para el día siguiente, no me quería ir del centro del pueblo, sin descubrir de donde provenia la música en directo que tan bien sonaba. "El Recuerdo", un fantástico local con un mejor patio, donde tras una buena hoguera central, tocaba un grupo de indi-rock extranjero rodeado de unos cuantos viajeros, la mayoría extranjeros.
Perfecta excusa para probar la "michelada" (cerveza con limón y sal) y disfrutar de tan buen ambiente.
Por encima allí ví aparecer a Santiago, el dueño de nuestro hostel con quien pasamos un buen y largo rato hablando de su vida, su trabajo como artesano del cuero y su paso por Europa, más concretamente por Madrid en la famosa época de la "movida madrileña" cuando era un chaval aprendiendo del mundo... Gran tipo Santiago.

Al dia siguiente nos lo tomamos muy de relax descansando y recargando las pilas que tan bien sienta en este tipo de viajes.
Por la noche nos esperaba lección de astronomía.
Santiago nos acercó a nosotros y otros chicos que se hospedaban en el hostel, hasta lo alto de una montaña donde se encuentra el observatorio astronómico "Cielo Sur". Con una breve introducción y equipado con un telescopio de 16 pulgadas, descubrimos y conocimos  la inmensidad de la galaxia.
La "pena" fue que nos tocó un día de luna llena, con lo que fue más dificil detenernos en cada punto a observar. Por el contrario, nos llevamos esta foto que tan bien capto el telescopio en el movil de Sabri.
Después de tan hermosa vivencia, no concibo venir hasta esta región de Chile y no vivir esta experiencia.


Imagen de la luna con el telescopio del observatorio.


Observatorio "Cielo Sur".


Después de 2 dias en este valle, (podríamos haber pasado más días auque hubiera sido mejor disponer de un coche), volvimos a coger la micro hasta La Serena para desde allí continuar viaje hasta el desierto más seco del mundo, El desierto de Atacama.



Sabri en la micro de vuelta hacia La Serena.

Mas fotos de Valle del Elqui:


Pequeña iglesia de Horcón.

Unos 25 km lo que terminamos haciendo en bici.

Iglesia de Pisco Elqui.

Un lugar mágico para visitar sin duda.


Fotos: Julen Esnal


jueves, 17 de julio de 2014

Taupo y los "Craters of the moon".


Tras nuestro paso por el impresionante Parque Nacional de Tongariro, nuestro siguiente destino era llegar hasta la ciudad de Taupo.
Finalmente no paramos en Turangi  más que para cambiar de bus, ya que por una serie de circunstancias no pudimos hacer el voluntariado que teníamos pensado desarrollar en esta localidad.

Bonita fue la llegada a Taupo desde Turangi, bordeando el lago que lleva su mismo nombre.

Recorrido desde el PN de Tongariro hasta Taupo en la isla norte de NZ.

Después de acomodarnos en otro hostel YHA, nos fuimos a dar una vuelta para comprar algo en el supermercado e informarnos qué opciones teníamos para poder visitar los "craters of the moon" tan famosos en este país.
Decidimos finalmente alquilar unas bicis al día siguiente para poder ver, no solo los cráteres sino también otro de los lugares naturales más importantes del país, las "Huka Falls".

Nos comentaron que seria un recorrido fácil de hacer aunque con alguna que otra pendiente... Lo que no sabíamos era que el circuito que hicimos estaba entre los niveles 2 y 4,5 (!). (yo tampoco sabia qué significaba esto hasta que vimos ciertas zonas donde había que bajarse y empujar la bici para poder subirlas).


Sabri en una de las partes del precioso recorrido.


Tras empezar con un curioso circuito que mas parecía de competición de bicicleta de montaña, eso sí, con precioso entorno, llegamos a las famosas Huka Falls, a 7 km de nuestro inicio.

Lo primero que te encuentras nada mas llegar al lugar es un cañón de unos 15 metros de ancho por 10 de profundidad, por donde fluye un tremendo caudal de agua. Y si caminas mas adelante veremos que este tremendo caudal acaba desembocando como cascada en una parte mas baja y ancha del Río Waikato, el mismo que acaba desembocando en el lago Taupo.
No hace falta más que decir un dato para entender tan tremendo caudal; El río más largo de Nueva Zelanda con una anchura media de unos 100 m, debe pasar por este desfiladero de unos 15 m, haciendo desembocar nada más y nada menos que 220.000 litros de agua por segundo! Con ello se puede hacer una idea de lo que estamos hablando...
Es por ello que es tan conocida esta cascada, porque la verdad que impresiona verlo.


El cañon de unos 15 m de ancho.

Sabri leyendo los datos de tan tremendo caudal.

El caudal visto en proporción con el barco y los turistas de la izq.

Los turistas en proporción al caudal.


El siguiente lugar que queríamos ver y que nos recomendaron fue la presa de este mismo río, la cual se encuentra a 5 km de las Huka falls.
Tenia la particularidad que abrían las compuertas cada cierto tiempo y nosotros tuvimos la suerte de verlas recién abiertas.
Pero tras pasar un buen rato, debíamos seguir camino hacia los cráteres, y el camino desde aquí seria ya por carretera con choches, camiones y ... más cuestas... Y no era poca la distancia que nos quedaba para llegar hasta los cráteres.... Por lo que... fue un duro día de bicicleta sin haberlo pensado previamente.

Después de una buena sudada, llegamos por fin a los cráteres. Y con el tiempo justo para poder recorrerlo sin que nos cerraran, ya que eran ya las 5 de la tarde y sólo esta hasta las 6.
Una hora recorriendo y disfrutando tan extraño lugar justo al borde del Parque Nacional de Wairakei. Bien merece pagar los 6NZ$ para ver y sentir cómo respira la tierra bajo tus pies. Porque eso es lo que parece y lo que en realidad hacen las bolsas de agua hirviendo que se encuentran bajo nosotros.


Formación de los Cráteres.

No, no es un incendio. Así es como se ve el parque a contra luz.

Pasarelas para hacer el recorrido.


Un recorrido formado por pasarelas de madera hacen que podamos avanzar sobre "piscinas" de barro hirviendo y geiseres, hasta los mismos cráteres los cuales continúan emanando vapor ardiente.


Sabri al borde de uno de los cráteres.


A veces no se veía el fondo del agujero.


Existe un desvío en el recorrido que nos lleva hasta lo alto de una colina, desde donde se puede apreciar de lejos todo este impresionante decorado. Y como regalo, los volcanes del parque nacional de Tongariro a lo lejos.

Vistas desde lo alto de la colina.

Los volcanes de Tongariro de lejos.



En total calculamos que debimos de hacer unos 30 km de recorrido.
Algo duro después de haber hecho el Tongariro Alpine Crossing tan solo un par de días antes.


Al día siguiente nos lo tomamos mucho más relajados, paseando y disfrutando de la tranquilidad de Taupo. Con ese enorme y transparente lago a sus pies (pocas veces había visto un lago con agua tan cristalina pegado a una ciudad).


Estupenda tranquilidad la que se respira en este lugar.

Un lago que casi pare un mar.

Parajes de postal.


Aprovechamos también para ir al Museo de Taupo, a orillas del mismo lago, para saber más sobre la cultura maorí.
En su interior tienen expuestos muchos elementos ancestrales recuperados y conservados, así como fotografías y litografías que te hacen comprender algo más su pasado.
Y grandes esculturas que adornan su parte exterior. Curiosa es también la fuente que albergan en su patio trasero.
Como detalle, deciros que la entrada son 5NZ$ y está prohibido hacer fotos dentro.

Más fotos de esta jornada:

Sabri al borde de otro de los numerosos cráteres.

Alrededores del lago.

Estampa otoñal sobre el lago.

Fotos: Julen Esnal.


martes, 3 de junio de 2014

NZ. Otago Central Railway Trail (Parte III).


No queríamos levantarnos de la acogedora cama de la antigua escuela de Lauder.
No solo por lo fundidos que estábamos, sino por el frío que hacia en la habitación, y lo caliente que se estaba en la cama. Pero tras un buen desayuno preparado por Bruce, nos dispusimos a seguir.

Nos costó mucho volver a pedalear por las agujetas que teníamos, pero después de una ligera, aunque larga subida, el terreno empezó a ser verdaderamente en bajada.
Algo que agradecimos considerablemente.
Lo bueno es que los paisajes seguían siendo igual o mas bonitos. Con lagos y un montón de granjas de ovejas, ciervos, vacas, caballos e incluso llamas.







Unas 3 horas son las que tardaríamos hasta el pueblo de Alexandra. (Penúltimo pueblo antes de llegar a Clyde).
Aquí decidimos parar a comer, más que nada porque ya no podíamos más.
Ya sólo quedaban 8 km. hasta el final, que de no ser por el pinchazo que tuvo Sabri a un par de kms antes de la llegada hubiéramos llegado antes.


Por fin en la estación de Clyde tras 150 km. de recorrido.


Aun andando, no dejamos de ir hasta la antigua estación de Clyde para poner nuestro ultimo sello en el mapa del trazado.
Por cierto, bonito pueblo el de Clyde, que no pudimos ver del todo porque teníamos ya reservado el transporte que nos llevaría de vuelta a Dunedin. (Y al que por cierto llegamos justo para cogerlo, con esto del pinchazo...Y es el único, así que si lo pierdes, debes hacer noche allí porque no hay otro hasta el día suguiente!..)

Ya en la furgoneta, preciosa carretera llena de lagos valles y montañas la que vimos yendo hacia Dunedin... o por lo menos lo que pudimos ver, antes de caer literalmente rendidos hasta llegar a nuestro destino.

Ya allí, tuvimos que cambiar de hostel, porque no había mas espacio... Cosa que agradecimos enormemente después de que Sabri se topara con un lindo roedor por el fregadero de la cocina...
Mucho mejor el que encontramos, el central backpacker, donde nos quedamos un par de días descansando y conociendo algo más esta ciudad.

Alquilamos un coche, con el que pudimos descubrir sus colinas, con preciosas vistas de la ciudad y recorrernos su bonita costa.
Y debo decir que me acabe llevando una mejor impresión de la que me había dado al principio esta ciudad de Dunedin.

Ahí dejo unas fotos de sus alrededores.






Fotos: Julen Esnal
Ir a: Nueva Zelanda. Otago Central Railway Trial (Parte 1).
Ir a: NZ. Otago Central Railway Trial (Parte 2).