Mostrando entradas con la etiqueta Chiang Mai. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Chiang Mai. Mostrar todas las entradas

miércoles, 19 de marzo de 2014

De Chiang Mai a Bangkok y la Isla de Ko Samet.


Tras unos agradables días por el norte de Tailandia, ya teníamos ganas de conocer las famosas y exuberantes playas del país.
Estudiamos las posibilidades que teníamos, en cuanto a tiempo... y dinero, y acabamos por decantarnos por la isla de Ko Samet. La mejor opción y mas cercana a la capital.

Tuvimos que coger por tanto un bus desde Chiang Mai hasta Bangkok. Fueron doce horas de bus hasta la estación norte, desde donde cogimos un taxi hasta el hostel que habíamos reservado previamente.
Debo decir que fue de los sitios mas duros (y bordes) para regatear el precio del taxi... porque obviamente nos estaban "robando" en la cara... Después de probar suerte con varios taxistas y tener que aceptar "el robo" (aunque ahora ya con un precio ligeramente inferior) pudimos llegar hasta nuestro hostel; Un sencillo alojamiento (como siempre) en el "centro" de la capital (me temo que he perdido el dato del hostel y no lo puedo mostrar).

Nada mas llegar al hostel y pegarnos una merecida cena en un restaurante cercano (tan solo tuvimos una parada en las 12 horas de viaje...), planeamos nuestros siguientes días en la isla;
Cómo llegar, dónde dormir, cuánto tiempo estar... y lo mas importante, cómo volver, dónde alojarnos de nuevo a nuestra llegada a la capital, pero sobretodo NO PERDER NUESTRO VUELO A SYDNEY, el cual nos salía desde Bangkok tan solo 4 días mas tarde. (No os podéis imaginar las ganas que teníamos ya de salir de Asia y saltar a nuestro siguiente continente; OCEANIA.

Tan solo pasamos una noche en dicho hostel para poder continuar viaje hasta la isla elegida y no perder mas días en esta enorme ciudad, la cual ya nos estaba agobiando sin haberla visto prácticamente.


Madrugamos para poder salir a buena hora.
Cogimos un taxi que nos llevo hasta la estación de buses de Ekkamai desde donde salia el bus que nos llevaría hasta Ban Phe.
Teníamos 2 posibilidades, coger un bus que valía 173 baths y tardaba 4 horas, o coger una furgoneta que costaba 200 baths, tardaba dos horas y media y salia en menos de 5 min. Evidentemente no lo pensamos mucho mas tiempo y nos hicimos un hueco en la furgo (es algo agobiante viajar de esta manera ya que esperan a que se ocupe todos los espacios posibles de la furgoneta... sea con personas, equipaje o lo que sea).

Como era de esperar, fuimos a toda prisa, (cosa a la que estábamos ya cada vez mas acostumbrados... aunque cada vez mas cansados).
Por fin llegamos al puerto de Ban Phe, desde donde salia el ferry hasta la isla.
Quisimos tomarnos nuestro tiempo para decidir qué empresa de ferrys elegir y no dejarnos llevar por el primer vendedor que nos avasallara tal y como lo estaban haciendo. Por cierto de muy malas formas.
Finalmente vimos que no teníamos muchas mas opciones y compramos el billete en la "agencia" que mejor nos atendieron, ya que todas tenían el mismo precio; 150 baths.


Barcos pesqueros de la zona.


Fue un trayecto bonito en un barco bastante destartalado, pero desde donde pudimos ver el que hacer rutinario de los pescadores de la zona.
La llegada a la isla sin embargo, no fue lo que esperábamos tal y como vimos el puerto, con una especie de estructura "moderna" que no pegaba absolutamente nada con el entorno.

Ya en la isla debíamos pagar 400 baths por el hecho de ser Parque Nacional (cosa que nos irritaba en gran medida, ya que si preguntas para qué es ese dinero, te dirán que es para la conservación de la isla... pero cuando estas allí ves que esta llena de basura). Aunque tengo que decir que afortunadamente no pagamos nada... Parece ser que es práctica habitual en temporada alta y no en la fecha que fuimos nosotros, (Julio 2013). Aunque por desgracia la basura sí que la vimos tal y como esperábamos.

Nos costo algo encontrar nuestro hostel, ya que estaba en la zona de la gente local y no a lo largo de la playa, zona exclusiva para turistas.
Como siempre, el hostel (Ban Sumet Hill) era sencillo, pero a nosotros nos bastaba. Tras conocer al peculiar dueño, (al cual pillamos en plena búsqueda de una serpiente que habitaba en un árbol que estaba literalmente pegado al edificio), dejamos las mochilas y nos pusimos a descubrir la isla.

La primera impresión fue algo triste. Nos acercamos a la playa mas cercana que teníamos, Sai Kaew, la más grande de la isla por cierto y verdaderamente no nos gusto mucho. Sucia, llena de garitos a pie de playa típicos para turistas y un turismo chungo encabezado por chinos y rusos.
Pretendíamos cenar por allí pero tras dar un paseo por la zona, viendo las diferentes opciones se nos quitaron las ganas y acabamos cenando en un restaurante local en el "centro".

Artesano local que conocimos paseando.


El segundo día decidimos ir a la misma playa, pero para recorrerla hasta el final y seguir paseando por la costa hasta lo mas lejos que pudiéramos para poder ver mucho mejor la isla.
Enlazabamos una playa con otra, pero la impresión que nos dio el primer día no varió mucho en esta segunda jornada.
La tónica general era grupos y familias de rusos y chinos. Unos completamente estirados en la arena aun teniendo la piel abrasada del sol. Y otros refugiándose del intenso sol bajo paraguas o cubiertos con enormes bañadores, sino vestidos completamente para que no les diera una pizca de sol. Gran contraste como os podéis imaginar.
Eso sí, ambos compartiendo una misma afición: Mostrar las mejores poses que se pueden hacer ante una cámara... (No se con cual me quedaría. mmmm miento, con las de los rusos...buenisimas!).

Cuantas mas precauciones, mejor.

Esto es un "robado" en toda regla. hehehe buenisimos estos rusos.



Descubrimos lugares bonitos y disfrutamos el paseo, pero tal ambiente no era para nosotros.
El día lo rematamos con una cena mal servida en otro de los locales del centro, frecuentado mas bien por gente local y cobrándonos mas de lo que era, ya que en la carta no estaba bien explicado... así que salimos bastante disgustados.

El tercer y ultimo día quisimos conocer mas a fondo la isla, por lo que no había mejor manera que alquilando una moto (300 baths para todo el día). Eran scooters de 80 cc y... con ruedas de tacos. Me podía imaginar pues cómo serian los caminos... pero ni aun imaginandomelo.
He de decir que estos meses suelen ser época de lluvias, pero lo que allí vimos era mas bien de campeonato de motocross.

Y esto era lo mas normal... Lo peor estaba por venir...


Yo no es que sea un experto manejando motos, pero alguien que no este muy acostumbrado a llevar motos, meterse por esas pistas, con esos enormes charcos de agua marron en la que no ves la mitad de la rueda y los enormes baches que hay dentro, se hacia verdaderamente difícil conducir por allí. Aun así lo conseguimos (sin caernos ni una sola vez) y pudimos llegar hasta las zonas mas perdidas de la isla.
Mucho mas tranquilas, mas bonitas y en algunos casos, sitios donde se encuentran alojamientos de mucha pasta. (Y aun así, todavía se veía algo de basura. Sabri acabo recogiendo en una de las playas... sin ayuda por supuesto, por parte de los trabajadores de los hoteles que no estaban haciendo absolutamente nada!).

En cada parada nos quedábamos un buen rato, nos dábamos un buen baño, y a conocer otra zona. De esta manera sí que disfrutamos mucho mas la isla y sus bonitos paisajes y entornos. Con aguas cristalinas de frente y la frondosa selva por detras. Y encima sin apenas gente. Esto era otra cosa...

Por fin playas limpias y sin gente.

De absoluto relax...

Que diferencia con el resto de playas...


De vuelta a Bangkok tuvimos que hacer la misma operación. Ferry hasta Ban Phe y furgoneta hasta la capital.
Es curioso cómo el precio de la furgo variaba cuando preguntabamos los dos por separado.
Y si el viaje de ida fue chungo, el de vuelta fue aun peor. Con un conductor de lo mas chulo, no cabía ya ni un alfiler de lo apretado que íbamos entre cosas y personas y encima aun a mas velocidad, teniendo hasta 3 sustos en medio de la autopista, por cierto con trafico por todos lados. (Dios! que ganas de salir de este país!...).
Es justo la antítesis de su vecino Laos.

Estábamos ya tan cansados de todo esto que tan solo dejamos el día siguiente para "ver" la capital. Yo lo aproveche para hacer unas compras de ultima hora en uno de los centros comerciales mas reconocidos para los amantes de la informática y los gadjets, el Pantip Plaza Mall.
Inmenso centro donde podréis encontrar... de todo! Fue ahí donde me compre mi esperado disco duro y caí en la tentación de comprarme algunas cosas mas.

Con las compras hechas y todo preparado, ya estabamos listos para ir al aeropuerto y esperar a que saliera el esperadisimo vuelo a Sydney.


Fotos: Julen Esnal


domingo, 16 de marzo de 2014

De trekking por el norte de Tailandia.


No queríamos irnos de esta región, sin hacer un buen trekking recorriéndonos la selva del norte de Tailandia.
El día anterior contratamos la excursión en una de las muchas agencias que se encuentran por el centro de Chiang Mai. Los precios pueden variar mucho entre agencias, y no todas tienen un trekking que se base en "sólo trekking" sin tener que visitar animales o tribus de cuello alto... y aunque no os lo creáis, son mas caras que las que acabo de citar con el circuito completo... Anyway.

Al final nos salio por 1000 baths (unos 25€), con desplazamiento hasta el norte y unas 5 horas de caminata.

Nos debieron recoger a eso de las 7,30 am, pero no llegamos a nuestro destino hasta las... 11,30 am! (Se suponía que serian 2 horas de viaje, pero es un tanto agobiante salir de esta gran ciudad).
Y mas pesado se hace si uno va en un tuk tuk tipo camioneta, con el resto de componentes de la excursión al estilo militar, mirándonos unos a otros de frente, (los 11 que eramos todos europeos por cierto).
Aquí tuvimos, hasta el momento, el susto mas grande de todo el viaje, cuando la manera de conducir, y sobretodo la elevada velocidad a la que íbamos, hizo que tomáramos una curva en una recta perfecta! cruzándonos hasta dos carriles... Poco nos falto estamparnos contra la montaña que había en frente.
Varios de nosotros nos quejamos por la manera de conducir del tipo, y éste lo único que hizo fue enseñarnos los pocos dientes que le quedaban tras una sonrisa ... y bueno, redujo algo la velocidad.

Una vez en destino y tras unas aclaraciones por mi parte con el conductor, ya estábamos deseosos de empezar la caminata.
Cinco minutos antes, atravesamos una aldea para poder llegar hasta la misma selva donde se había montado "Rambo" (en su versión asiática) en el coche. O por lo menos es lo que nos pareció cuando nos bajamos todos de la camioneta para empezar la marcha, porque el tipo ni se presentó como guía, y con el atuendo que llevaba, (pañuelo alrededor de la cabeza, camiseta sin mangas y machete de unos 60 cm de largo en la mano, es lo que nos pareció...).

Os presento a Rambo, nuestro guia.

Cruzando literalmente la selva.


Menos mal que durante la caminata, cuando no estaba cortando a sablazos la vegetación que había frente a nosotros, (y que por cierto, no hacia ninguna falta cortar, ya que el camino era lo suficientemente ancho como para pasar todo el grupo en fila), hacia alguna parada para explicarnos sobre la fauna y flora que íbamos viendo durante la caminata.

Hubo unos cuantos lugares a destacar dentro de la caminata, pero me quedaría con dos en concreto: 
La cascada y la cueva de los murciélagos.

A la cascada llegamos hacia la mitad del trekking para comer y darnos un buen baño, (perfecto para quitarnos el sudor acumulado), disfrutando de saltos desde las rocas, un tobogán natural y en definitiva del increíble entorno.
Allí nos proporcionaron el lunch que entraba dentro de la excursión y el cual consistía en una bolsita con una "bola" de hoja de plátano, con arroz riquisimo en su interior, y unas piezas de pollo para acompañarlo.
No se si era el hambre que teníamos, el entorno donde estábamos, o es que estaba realmente bueno, pero nos sentó de maravilla.

Cascada y lugar donde paramos a comer.


La comida se sirve en hojas de arboles plataneros.


El gran tamaño de los insectos de la zona.


Tras la parada de casi una hora, volvimos a ponernos en marcha y sudar otro poco mas. (Es increíble la humedad que hay en estos lugares). Subiendo colinas desde donde teníamos preciosas vistas de la selva y donde nos encontramos insectos enormes, llegamos a una montaña donde se encontraba la cueva.
Antes de entrar, Rambo hizo una fogata, más que para hacer fuego, para que saliera humo. Lo hizo especialmente para la gente que no iba a entrar a la cueva, para que no les acribillaran los mosquitos.

Debimos entrar una cuarta parte del grupo, y lo hicimos por una entrada que apenas se veía, ya que tuvimos que bajar hasta una especie de cueva semiabierta, y desde ahí, acceder al interior.
Lo que Rambo no nos dijo, fue que había una inmensa colonia de murciélagos, muchos de ellos revoloteando sobre nuestras cabezas, ya que el techo de la cueva era bastante alto.
Yo no soy muy amigo de estos bichos, (es mas, me son bastante desagradables), pero aguanté quedarme un rato mas para ver ese espectáculo.
Afortunadamente llevábamos linternas (de casualidad) con las que pudimos ver más de lo que hubiéramos podido, porque dentro de la cueva había como otra cueva donde se encontraban cientos y cientos de estos... simpáticos animalillos.

Entrada a la cueva.



En definitiva y tal y como esperábamos, pasamos un grandisimo día descubriendo y conociendo más esta preciosa naturaleza que nos rodea, con una buenisima caminata que nos dejo fundidos, pero con ganas de llegar a Chiang Mai y tomar otro delicioso Path Thai.


Fotos: Julen Esnal

jueves, 13 de marzo de 2014

Conociendo la ciudad de Chiang Mai.


Por fin llegamos a nuestro hostel ("Cumpun Guesthouse") después de mas de 20 h de bus desde Vang Vieng. Afortunadamente no era un garaje tal y como pensábamos después de haber visto las persianas bajadas. Es mas, no es que fuera un hotel de cinco estrellas pero los dueños, una pareja formada por un belga y una tailandesa lo tenían bien puesto (aunque sigo convencido que anteriormente era un garaje...).
En general se podría decir que era sencillo, pero confortable y relativamente cerca de la llamada "old city" el centro que se encuentra dentro de la zona amurallada de la ciudad. Una habitación doble con baño por buen precio. Eso si, con algún que otro insecto visitante... pero eso es algo inevitable en este tipo de países...

No tardamos mucho en visitar el centro amurallado para conocerlo y de paso informarnos sobre qué ver o qué tipo de actividades hacer por los alrededores.
Al final decidimos alquilar una moto para el día siguiente y conocer las afueras de la ciudad.
A la noche aprovechamos a cenar en un restaurante local por tan solo 2€... los 2!.
Yo concretamente cene la especialidad nacional, un Path Thai que estaba buenisimo.
Y seguido nos fuimos a visitar el Night market que tanto nos recomendaron. Y la verdad que era enorme y tenia de todo lo que os podáis imaginar... eso si, turisteo puro y duro.

En el night market de Chiang Mai.


Tal y como queríamos, al día siguiente alquilamos un scooter de 125 cc, por 200 baths por 12 horas... y con seguro! (wow!. Lo hubiéramos podido coger mas barato sin seguro pero no quisimos tentar a la suerte...), y nos fuimos a recorrer los alrededores.
Nos recomendaron un par de sitios para conocer, y siendo Domingo, uno de ellos nos comentaron podría estar bastante petado de gente por lo que sin dudarlo elegimos la segunda opción; Un templo budista que se encuentra a unos cuantos kilometros saliendo por la autopista... pero no mereció la pena; Primero porque nos costo bastante encontrar la dirección correcta para salir de esta gran ciudad, y segundo por el intenso calor que hacia... encima comiendonos todo el calor por autopista y llena de coches.
El templo se encuentra en lo alto de un cerro con bastantes arboles, algo que sin duda agradecimos y sin duda fue lo mas bonito de recorrer.
En cuanto al edificio, es bonito, pero después de visitar todos los templos de cada lugar al que ibamos... se llega hacer monótono.
En definitiva, nos recorrimos tantos km y chupamos tanto calor y autopista, que no mereció la pena ir hasta allá.

Aunque mis ansias por conocer no nos impidieron probar la primera opción que nos comentaron, y eso que estaba al otro lado de la ciudad.
Nos costó llegar, pero sin duda hubiera sido la mejor opción desde el principio, ya que para llegar hasta Doi Sethep, (así es como se llamaba el lugar), no se accede por autopista, sino por carretera, y con mucha vegetación, es decir, mas frescos;
Y antes de llegar, de nuevo había que subir, en esta ocasión era mas bien un puerto de montaña, con muchísima vegetación mas tropical y sobretodo, muchas curvas, algo que yendo en moto se hace realmente divertido. Y encima, apenas sin gente...
El problema fue que tantos kms en moto, sin volver a cargar gasolina, nos estábamos quedando prácticamente con el tanque vacío! y no habíamos visto una gasolinera en mucho tiempo. Así que después de disfrutar de las bonitas vistas que la montaña nos ofrecía, nos bajamos todo el puerto de montaña con la moto apagada... una experiencia bajar tan tranquilos y tan en silencio disfrutando del bonito entorno.
Y no se si fue por aguantar la poca gasolina que teníamos, pero llegamos a una gasolinera justo antes de vernos tirados por aquellas carreteras, y a la hora correcta para devolver la moto.

Por la noche, y despues de una buena ducha, tuvimos la oportunidad de quedar con mi amigo Efren, quien por aquel entonces, estaba viviendo por allí (grande verte Efren!).
Junto con él y un amigo, nos recorrimos parte del "hiper" night marquet que se forma los Domingos por la noche. Si pensaba que era grande el que vimos el día anterior, éste era la continuación dominguera que se forma junto con el otro. Miles de cosas vimos que se vendian, mas que nada artesania tipica para turistas, aunque como digo, te puedes encontrar de todo.
Cómo no, no perdimos la oportunidad de visitar otros templos que se encuentran dentro de la zona amurallada del centro, y que quedan dentro del hiper night market. Pero debo decir que fueron bonitos, y visitarlos por la noche les da otro aire. Por lo menos habíamos salido un poco del extremo barullo del mercado...

Un grupo de invidentes tocando musica tradicional tailandesa.

Uno de los templos que visitamos por la noche.


Aprovechamos a cenar en el recinto de uno de estos templos budistas, en el que todos los puestos que había, servían comida vegetariana... y bastante rica. No dudamos en probar unas cuantas opciones de comida local, como los famosos dumplings o Path Thai, aunque había opciones de todo tipo.

Uno de los cientos de puestos de comida del night market.


Después de pasar un buen rato hablando con Efren y su amigo, decidimos recogernos pronto, ya que al día siguiente habíamos contratado un trekking para hacer en una zona mas al norte del país y que nos ocuparía todo el día.

Mucha vida tiene esta ciudad, y mas especialmente a la noche me atrevería a decir.
Como decia mi amigo, perfecta combinación de ambientes, de gente de multitud de países y punto estratégico en Asia para poder hacer base y a la vez seguir conociendo este continente.


Fotos: Julen Esnal
Foto de portada: Una de las calles del centro de la ciudad.


sábado, 8 de marzo de 2014

De Vangvieng (Laos) a Chiang Mai (Tailandia). De la granja a la ciudad.


Unas 20 horas aproximadamente fue el tiempo que nos llevo desplazarnos desde nuestra apacible granja de Vang Vieng, (Laos), hasta la ciudad d Chiang Mai. (Tailandia).

Fueron 4 horas hasta la capital de Laos, volviendo a ver paisajes maravillosos.
Nada mas llegar a Vientiane y dejarnos el bus en un cruce de calles, estuvimos un rato sin saber qué hacer, ya que sabíamos que teníamos que cambiar de bus, pero no sabíamos ni cómo ni cuándo ni dónde, porque nadie nos decía nada.
Era bastante confuso, porque cuando nos vendieron el billete, nos dijeron que nuestra agencia nos vendría a buscar, y allí no había mas que taxis, que por supuesto, se ofrecían a llevarnos a cualquier lado.

Finalmente preguntando y preguntando, alguien nos dijo que esperasemos en ese mismo lugar, porque en un par de horas, la agencia se pasaría a recogernos... Bueno, en esos momentos debes de confiar, porque no te queda mucho mas... así que buscamos un sitio bien cerca para comer y protegernos del intenso sol y bochorno que hacia a esas horas del medio día.

Efectivamente, dos horas mas tarde, un tuk-tuk/camión de la empresa vino para recogernos, pero para llevarnos a la oficina de la agencia, donde tuvimos que esperar hora y media más. Allí por encima, nos enteramos que el bus que teníamos contratado, se había cancelado, por lo que nos ofrecían cambiarnos a otro, devolviéndonos la diferencia ya que éste ultimo no era asiento-cama sino normal.
Debo decir que hasta nos vino bien, porque no es que lleguen a ser mucho mas cómodos los asiento-cama, y por otro lado aprovechamos a que nos devolvieran la diferencia en baths, (la moneda local Tailandesa) para así tener algo de dinero local y no tener que depender de cajero, y menos con todo el equipaje encima.

Por fin salimos de la agencia, de nuevo en tuk-tuk/camión, para llevarnos a la estación, desde donde cogimos un autobús, el cual nos llevó hasta la frontera donde, como siempre, tuvimos que bajarnos con todo el equipaje, esperar a sellar el pasaporte y vuelta al bus. En algun momento, debíamos bajar de nuevo en algún punto para tener el sello de entrada en Tailandia, pero no lo hicimos hasta pasar el puente de "la amistad y hacer otros 60 km mas!, concretamente en Nongkhai, donde se encontraba la aduana de dicho país, y donde por fin, nos sellaron el pasaporte con el sello de entrada.
Pero no fue tan rápido como hubiéramos querido, y acabamos demorando hora y media hasta que volvimos a re-emprender viaje. Concretamente a las 8:00 pm salimos con destino a Chang Mai, llegando a la ciudad a las 7 en punto de la mañana.

Tuk tuk por el centro de Chiang Mai.

Nada mas llegar al hostel que habíamos reservado con anterioridad, vimos que estaba cerrado, pero cerrado de persiana de metal hasta abajo, detalle que nos asusto ya que parecía como si no estuviera ni siquiera en funcionamiento.
Al no poder esperar allí mismo a que abriesen (si es que estaba funcionando como tal, porque mas bien parecía un garaje desde fuera...), le pedimos al "tuktukero" que nos dejara en algún sitio cercano que estuviera abierto a esas horas, para poder comer algo y usar el baño... Nos dejo en un mercado cercano que empezaba abrir poco a poco, pero no era precisamente lo que estábamos buscando...
De todos modos, se nos paso el tiempo allí hasta que decidimos volver al hostel para ver si estaba ya abierto, o se había convertido definitivamente en un taller de reparación de coches...


Fotos: Julen Esnal
Portada: Pasaporte con sellos de Camboya, Laos y Tailandia