Por falta de tiempo y muy a nuestro pesar, tuvimos que coger un vuelo de Ha Noi a Saigon, por lo que no pudimos viajar a través del país tal y como nos gusta... Mas de 2.000 km son los que separan una ciudad de otra, algo que no entraba en nuestros planes.
Nos costo algo encontrar nuestro hostel, pero tal y donde se encontraba, escondido en un entramado de estrechos callejones, poco tardamos, si nos paramos a pensar en casos anteriores. Estaba en el distrito 1, lo mas céntrico y típico de la ciudad.
Nos costo algo encontrar nuestro hostel, pero tal y donde se encontraba, escondido en un entramado de estrechos callejones, poco tardamos, si nos paramos a pensar en casos anteriores. Estaba en el distrito 1, lo mas céntrico y típico de la ciudad.
Callejones donde se encontraba el hostel |
Lo que sí vimos fue una de las zonas mas conocidas, la calle Bui Vien, llena de originales tiendas de ropa, hoteles, centros de masaje (o lo que fuera...), pero sobretodo, garitos, bares y disco pubs. Uno seguido de otro. Muchos garitos para picar y beber cerveza al mas estilo español, con terracitas de mesas minúsculas, invadiendo, no solo las estrechas aceras, sino parte de asfalto, donde no paraban de pasar motos, gente, coches y mas motos. Abarrotadas de gente joven (80% occidentales) con ganas de fiesta.
Una calle en la que se respiraba vicio en cada esquina, pero sobre todo con gente con ganas de pasarlo bien.
Calle de Bui Vien llena de ambiente. |
Vendedores ambulantes |
Tan solo nos quedamos 2 días, pero fueron geniales en cuanto a relax. Eran como nuestras pequeñas vacaciones dentro de nuestro ininterrumpido viaje.
No nos alejamos mucho de nuestro hostel (Mui Ne Backpackers Resort) y el bar/restaurante que mejor comimos (Joe's Cafe), ya que teníamos la playa justo a espaldas de ambos.
Nuestro Hostel en Mui Ne. |
La bonita playa, algo mas alejada de nuestro hostel, sin embargo nos encantó. Apenas había basura en sus cerca de 3 km de longitud. Se nota un tanto hecho para el turista, con unos cuantos hoteles al borde de la playa, pero sin tener espacios privados como pasa muchas veces. Y con muchas tiendas de surf con tablas para alquilar, donde practican especialmente la gente local.
Por falta de dinero en aquel momento, no tuve la oportunidad de alquilar una tabla, pero las olas que había, eran perfectas para comenzar. Al final me tuve que contentar haciendo body surf con una tabla que tome prestada de nuestro hostel.
"Playa" a espaldas de nuestro hostel. |
Después de poner a salvo las escasas pertenencias que llevamos a la playa, nos tumbamos en una hamaca debajo de una sombrilla de paja, a esperar que pasara la tormenta.
... otro buen momento para disfrutar en silencio...
Fotos: Julen Esnal
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