domingo, 21 de diciembre de 2014

De San Pedro (Chile) al Salar de Uyuni (Bolivia)


Tras el obligado reposo que nos mantuvo fuera de ruta durante más de 5 días, estábamos listos ya para enfrentarnos a más aventuras. Especialmente Sabri, que aun no encontrándose bien al 100% ya tenía ganas de dejar atrás este pueblo y ese mal recuerdo de su paso por el desierto.

Nos recogieron a las 8 de la mañana en un 4x4 en el mismo hotel Las Dunas, donde nos encontrábamos; No sin antes tomarnos un buen desayuno en compañía de nuestro amigo Antonio, dueño del hotel.
De allí nos llevaron hasta una residencia al otro lado del pueblo, donde tuvimos que esperar a que llegaran los demás integrantes de la expedición. 
Tan sólo seríamos 5 viajeros: Una joven pareja británica, un francés y nosotros dos. Pero no saldríamos directamente en 4x4 desde allí como pensábamos sino que con una micro, nos acercarían primero a la PDI (Policía de extranjería) para sellarnos la salida del país en el pasaporte, y de nuevo en la micro, una hora, hasta la misma frontera entre Chile y Bolivia. En el mismísimo centro de... la nada. Es decir, en pleno desierto. Lo único que allí había es una pequeña zanja que separa un país de otro y una caseta donde nos sellarían la entrada al país. Y alrededor, una serie de coches 4x4 esperándonos a nosotros y a otros tantos viajeros para comenzar viaje y cruzarnos literalmente el altiplano boliviano.


En la micro, de camino a la frontera.

En la frontera Boliviana en pleno desierto.

Había que separar lo necesario para subir el resto del equipaje a la baca.

Casi listos para partir.


Tras obligarnos a dejar la mayoría de todo nuestro equipaje en la baca del todo-terreno, nos repartimos para ir de la manera más cómoda posible.  Es decir, el más grande delante, junto al conductor quien por cierto no se presentó hasta que no le preguntamos nosotros.
El coche era un todo-terreno Land Crusier GX del año 91, alto y grande, especialmente preparado para el desierto.

Comenzamos el viaje rondando los 4.000 metros sobre el nivel del mar; Tramo considerado ya como de "muy alta altitud". Obviamente nos avisaron varias veces de la altura a la que estaríamos durante los 3 días de recorrido (por los problemas que ello puede acarrear) y prácticamente no bajamos de esa altura.
Es por ello por lo que la pareja británica se había preparado a conciencia, trayendo no una botella de té hecho de hojas de coca, sino una garrafa de 10 litros. 
Nosotros decidimos ir mascando hojas de coca, que días antes había podido comprar en el mismo pueblo de San Pedro y que tan bien le vinieron a Sabri para su recuperación. (especialmente en forma de infusión).


Y por fin emprendemos viaje.


Al poco tiempo de emprender viaje llegamos a nuestro primer objetivo: La Reserva Natural Eduardo Avaroa. La reserva andina más importante del país y lugar con numerosa flora y fauna silvestre, además de contar con lagunas, humedales y hasta zonas geológicas de especial interés.

Lo primero que nos sorprendió fueron las exuberantes lagunas, a cada cual más colorida. Con multitud de flamencos en cada una de ellas, además de otros tipos de aves.


La poca vida que se puede ver por estos lares, las vicuñas.

La carretera la haces tu.

Alucinando con el entorno.

La conocida como Laguna blanca.

Paisajes de postal con cielos completamente limpios.


La siguiente parada sería bien distinta. Nos esperaba el tan esperado baño en las termas que por allí se encuentran, de nuevo, en medio de la nada.
Ya nos avisaron de esto, por lo que íbamos bien preparados con bañadores para poder disfrutar de ese momento.

Temeroso de llegar a ser "presa" del famoso mal de altura, no dejé de mascar coca y beber té de la famosa garrafa de la pareja inglesa. Yo y todos los demás. Algo que me hizo tener que ir al baño cada vez que parábamos.... y no fueron mas que dos veces. Y esta última no podía aguantar más; Tanto que nada más parar el coche, salí escopeteado en dirección al baño. 
En realidad no fui literalmente corriendo sino andando rápido, sabiendo los inconvenientes que un sobre-esfuerzo puede acarrear en estas altitudes... Bueno pues... la sensación con la que llegué al urinario fue ni más ni menos que la de haber corrido una maratón. No era capaz de respirar con normalidad sintiendo como si me faltara más aire del que necesitaba para poder respirar con normalidad. Y si a eso le sumamos el olor tan desagradable que allí se respiraba, no hizo que fuera a mejor...
Tuve que quedarme por un buen rato apoyado en el lavabo intentando volver a la normalidad hasta que finalmente se me fue pasando... No es una experiencia agradable para alguien que normalmente respira mal incluso hasta en ocasiones normales...

Después de tan mal rato, lo bueno vino a continuación, cuando pudimos sentir el intenso calor del agua de las termas, bajo esa fría temperatura exterior. Rodeados de.... nada, en medio del desierto, con tan sólo algunos viajeros como nosotros disfrutando de tan distinto paraje. En silencio. Tranquilidad.






La siguiente parada sería en unos cuantos kms más adelante... y con unos cuantos metros de altitud más. Habíamos llegado al punto más alto del recorrido. A unos 5.000 msnm se encuentran los famosos geysers.
Éramos el único 4x4 que allí se encontraba. A esa altura, en medio de la nada y ante tal fenómeno natural; Con un fuerte olor a azufre y una gran presión en la cabeza... era una situación de lo más extraña.

Esto es lo más parecido a Marte de donde he estado.



No duramos mucho allí, y continuamos ruta hasta el lugar donde pasaríamos la noche. (aunque llegamos a la hora de comer).
No eran más que una hilera de casas como a medio construir, delante de una pequeña montaña que parecía como si las hubieran hecho allí para cubrirse de fuertes vientos. 
Y nada más aparcar el todo-terreno, nos aparece un niño con una sonrisa de oreja a oreja, que hacía enseñar una ristra de dientes negros; Y tras él, una mujer como salida del siglo pasado. Vestida con un traje y una serie de delantales, uno encima de otro y unas peculiares y enormes trenzas a un lado y a otro de la cabeza, bajo un sombrero de tipo bombín. 
En efecto!, Estamos en Bolivia! Os presento a las famosas cholitas.

Apenas hablaron con nosotros. Tanto a ella como a nuestro conductor, se les notaba tímidos. Entre tímidos y algo quemados... O a lo mejor es su estado de ánimo normal. (quizá fuera la altitud...) El caso es que aun hablando el mismo idioma, costaba sacarles una conversación. Parecían como si quisieran evitar cualquier conversación...

Llegamos a mesa puesta en lo que sería una especie de porche a las puertas de una habitación de 8 camas donde dormiríamos esa noche.


Construcción simple como se puede observar.


La comida se basó en una excelente sopa casera de quinua, seguido de pasta. Comida sencilla y buena. Se recomienda no comer en abundancia ni beber alcohol a estas alturas, por lo que no comimos en exceso.
Y tras una sobremesa conociendonos más entre nosotros, los extranjeros, (porque de los huéspedes, ni aparecer por nuestro lado), y una siesta para reposar la comida, estabamos listos para conocer nuestra última sorpresa en este paraíso perdido.

Destino, la laguna colorada.
Extraño y precioso lugar con multitud de flamencos y más especies de aves. Uno se siente minúsculo ante tanto espacio.
Lo malo fue el tremendo viento que hacía que hizo que no pudiéramos quedarnos má tiempo de lo incómodo que se hacía.




Pequeños puntos. Eso es lo que somos ante tal escenario.


En ese momento me imaginaba lo que es vivir en ese tipo de parajes....

Una cena al caer la noche y a la cama temprano despues de un día lleno de sorpresas.



Más fotos del primer día por el altiplano boliviano:













Fotos: Julen Esnal

Próxima post: El Altiplano Boliviano (II).


miércoles, 17 de diciembre de 2014

San Pedro de Atacama (II). Un reposo obligado.


Continuando nuestra estancia en el famoso desierto de Atacama, teníamos que planear ya nuestro siguiente movimiento. Cómo pasar a Bolivia y continuar nuestra ruta hacia el Norte por tierras sudamericanas.

Nos enteramos que había un tour de 3 días en todoterreno, cruzando el altiplano Boliviano para terminar en el salar de Uyuni. Justo lo que queríamos hacer. Y muchísimo menos engorroso de lo que seria hacerlo a nuestra manera, tal y como habíamos pensado en un primer momento.
65.000 pesos cada uno, para dos noches y tres días por el altiplano boliviano, a casi 5.000 msnm, recorriendo lo mas atractivo de la zona, hasta llegar a cruzarnos el enorme y espectacular salar de Uyuni, para acabar en la ciudad que lleva su mismo nombre.

Casualidades de la vida, fue reservar el tour a Bolivia, y Sabri empezó a sentirse mal.
Paso una noche fatal, con muchos dolores de tripa y paseos al baño.
La segunda noche fue algo mejor, pero seguía dando paseos y apenas le quedaban fuerzas por lo que fuimos al tercer día a la posta (lo que seria una especie de servicio socorro en España, porque aquí en el desierto no hay nada más) y tras examinarla, no la dejaron ni salir de urgencias. Su corazón latía tan rápido y estaba tan deshidratada que le tuvieron que meter un litro de suero por vena. Lo malo fue que al estar tan deshidratada, ni le podían coger bien la vena, ni la sangre fluía como debería.
Hasta 6 veces la tuvieron que pinchar, hurgándole con la jeringa en el brazo, con el dolor que eso supone.
Así que tuvimos que alargar nuestra estancia en San Pedro y el viaje a Uyuni por un par de días.
Pero tras dos días, la cosa seguía casi igual. Volvimos ir a la posta, pero no nos daban hora con el medico hasta el día siguiente, por lo que había que hacer algo de inmediato; y tras una consulta en la botica, empezó por fin con el tratamiento. Unas simples capsulas que restauran la flora intestinal y seguir descansando.

Tuvimos que cambiarnos hasta de hospedaje a uno más confortable (aunque más caro) para que Sabri se pudiera recuperar mejor, ya que en el hostel donde estabamos, compartiendo habitacion y baño, y con la musica hasta las 12 de la noche, no había forma de descansar como es debido.
Afortunadamente dimos con la mejor persona con la que podíamos dar en estos casos. Antonio del Hotel Las Dunas. Precisamente a través de una pareja de Barcelona con la que compartimos una excursión, nos hablaron muy bien de un pequeño hotel donde estuvieron. Cuando llegamos, ya no le quedaban habitaciones, pero contandole nuestra historia, el buen hombre accedió a prepararnos una habitacion en una parte nueva del pequeño hotel que estaban ampliando y que aun no estaba ni abierta al público.
Sus consejos y su gran amabilidad fueron perfectos para la recuperación de Sabri.
Gracias Antonio. Qué gratificante es llegar a conocer a gente como tú.

Una vez que la cosa estaba más o menos enderezada y la única cosa que podía hacer Sabri era descansar, yo aproveché para hacer alguna escapadita y conocer más los alrededores.

Algunas cosas que se perdió de disfrutar fue un dia festivo de "asado" que llaman ellos o BBQ que llamamos nosotros, con todas las exquisiteces de la zona. Yo no dude en probar todo lo típico de la zona.


Las calles de San Pedro.

La plaza del pueblo llena de gente haciendo asados.

Degustando los anticuchos tipicos de Chile

Lo que más destacaría fue la excursion que hice a Pukara de Quitor.
Me alquile una bici por 4000 pesos, ya que es la mejor manera de llegar hasta allí. 5 km es la distancia desde San Pedro hasta este lugar. Perfectamente indicado para no perderse por el desierto, se llega en poco tiempo hasta allí.
Me interesaba mucho conocer este lugar, ya que me estaba leyendo el libro "el origen perdido" de Matilde Asensi, en el que cuenta con detalle el inicio de estas civilizaciones, hasta la invasión de los españoles.
3.000 pesos fue lo que costó la entrada, y con ello podía acceder, tanto a las ruinas, como al cerro que hay en frente, en el cual hay un monumento levantado a 25 atacameños que fueron degollados por las tropas hispánicas, allá por el año 1540.

Un lugar mágico donde se encuentra dicho monumento, con el valle de la muerte a los pies, dunas a otro lado, y el valle verde de espaldas. Lo mejor, que estuve sólo durante más de una hora. Solo, en ese inmenso desierto, contemplando ese árido panorama que tenía ante mis ojos. (Y raro es, siendo San Pedro de Atacama el tercer destino turístico de Chile).
Sin duda una excursión muy recomendable, sin gastarse mucho dinero y un buen lugar para ver las puestas de sol, según me dijeron, aunque yo tenia otra misión. Hacer una cena de lo más sana para Sabri.

Restos de Pukara de Quitor.

Pueblos en medio del desierto.

Paisajes increibles los que se ven desde Pukara.

Picos de hasta 500 m de alto aunque no se aprecie.


Hasta 4 dias más tuvimos que permanecer en el Hotel Dunas para que Sabri estuviera prácticamente recuperada. Y afortunadamente no perdimos nuestra reserva de viaje a pesar de las numerosas veces que lo tuvimos que aplazar para poder cruzar el altiplano de la mejor manera posible. Una vez que se deja San Pedro de Ataca y se adentra uno en el altiplano, no hay vuelta atras hasta llegar a Uyuni tras 3 días de viaje en todoterreno.

Ahora sí, estábamos preparados para descubrir las maravillas del Altiplano Boliviano.



Más fotos de San Pedro de Atacama y alrededores:












Fotos: Julen Esnal

viernes, 12 de diciembre de 2014

San Pedro de Atacama y el desierto más árido del mundo. (I)


Un largo recorrido es lo que teníamos por delante para desplazarnos desde el Valle del Elqui hasta San Pedro de Atacama.

Primero dos horas y media en micro hasta La Serena. Allí cogimos el mejor bus que nos venía para poder estar en San Pedro al día siguiente por la mañana, (y así evitarnos una noche de hostal), por lo que cogimos el bus, (semi-cama), que salia a las 18,00 y llegaba a las 09,00 am a Calama. 15 horas de viaje con un bonito paisaje, el Pacifico a la izquierda y el desierto a la derecha. (Y con buena cantidad de basura por cierto, a los lados de la carretera. Como siempre, el maldito plástico).

En Calama pensábamos alquilar un coche para ahorrarnos el precio de las excursiones que se ofrecen en San Pedro; y de paso, hacerlo a nuestra manera; Pero la falta de coches disponibles, (tenía que ser 4x4 sí o sí con un gran incremento en el precio), hizo que tuviéramos que ir en taxi-furgoneta hasta nuestro destino final. Otras 2 horas más.
Tiempo total de viaje: 20 horas.
Aun así, no estuvo tan mal.

Aspecto del desierto segun vamos llegando.


El mismo día que llegamos, aprovechamos e hicimos nuestra primera excursión al Valle de la Luna. La cual incluía además, el Valle de la muerte, con unas crestas de hasta 500 m de elevación (y nombrado así por la cantidad de indígenas que murieron aquí), la cueva de sal y la puesta de sol en lo alto de una montaña en el mismo Valle de la luna. (Desde donde decían, podríamos ver un bonito cambio de colores en el cielo.... Aunque si digo la verdad, aunque fue bonito, mejores los vimos en Jordania o Australia...).
Aun así, espectaculares paisajes que parecían (de nuevo) fuera de este planeta.

Buena proporción la que se ve ante las personas.

Actividad típica en la zona.

Cual auténticos exploradores. Gracias Julio! :)

Toneladas de sal formando la cueva.

La única manera de pasar por ciertos sitios.

Buen lugar para la puesta de sol.

Con el llamado anfiteatro al fondo.

Preciosos paisajes lo que se divisan desde cualquier punto.


Al día siguiente nos tuvimos que levantar a las 3,30 de la mañana para ir a otra excursión que contratamos directamente con nuestro hostal; Afortunadamente son grupos pequeños, que es lo que buscábamos.
En esta ocasión decidimos conocer Los géiseres de Tatio, a unos 80 km de San Pedro.
Como podéis imaginar, nos cruzamos parte del desierto con las únicas luces de la furgoneta y la espléndida luna que allí se mostraba.
Llegamos al lugar a eso de las 5,30 am con una temperatura de 8 grados bajo cero (!) y una altitud de 4320 metros por encima del nivel del mar.
Precisamente se escoge esta hora para ver más activos los géiseres por el cambio de temperatura que produce el agua hirviendo que sale de la tierra, con los grados bajo cero que hay en el exterior. Y os digo, es espectacular ver el paisaje de esa manera. Tras un gélido paseo entre los géiseres, teníamos preparado un desayuno al más puro estilo chileno, perfecto para continuar viaje. No sin antes pegarse un baño en una de las termas colindantes.


La gente se ve minuscula en estos enormes paisajes.

Increible lo que la Tierra nos depara en muchas ocasiones.

Aspecto de los geisers.

Merece la pena pasar tanto frio sólo por ver este paisaje.

Baño en las termas. Mucha gente para mi gusto.


Siguiente parada, la pequeña aldea de Machuca, con no más de 20 casas, a 4000 msnm. Buen momento para probar la sopaipillas o la carne de vicuña, algo muy tipico de su gastronomía.
De alguna manera nos hicimos coleguillas del conductor (el cual fue el mismo que el día anterior), y nos ofreció sentarnos a su lado en la furgoneta, con lo que, no sólo fuimos viendo mejor el paisaje, sino que charlando con él, pudimos aprender un montón de cosas más sobre la cultura local y nacional. Gran tipo Ivan.

Afortunadamente no acusamos demasiado el famoso "mal de altura", sintiendo tan solo algo de pesadez corporal, un leve desorden en el estomago o dificultad al respirar después de llevar un rato caminando. Pero nada mas malo de lo que nos esperábamos, después de haber "infringido" uno de los consejos que nos dieron al contratar la excursión: "comer algo liviano la noche anterior".
La excusa que tenemos fue, que probamos el mejor restaurante de San Pedro (En cuanto a precio/calidad), según nos dijeron; Y fueron muchos.
Y tal y como nos comentaron, nos encantó.
Buen servicio, buena y abundante comida de menú, amenizado con musica folclore en directo. Justo lo que queríamos.

El resto del día lo dedicamos a descansar y planear nuestros siguientes días, puesto que en un par más, pretendíamos cruzar la frontera hacia Bolivia, dejando atrás este maravilloso país, pero el cual nos había hecho gastarnos mas presupuesto del que pensábamos. (Aunque también es verdad que nos quedamos cerca de una semana mas de lo que habíamos planeado.



Más fotos del Desierto de Atacama.


En medio del Valle de la Luna.

Retrato de Sabri en el Valle de la Luna.

Saliendo el sol en los geisers.

En medio de la nada....

La primera vez que veíamos vicuñas.

Y la primera vez en el viaje que veíamos flamencos.

La pequeña aldea de Machuca a 4000 msnm.

Enormes cactus los que te encuentras en el recorrido.

Algunos se atreven hacer kms a pleno sol en estas alturas.


Fotos Julen Esnal

Unos cuantos videos para verlo mejor: